lunes, 12 de mayo de 2014

A propósito del mes de las madres, quiero compartír con ustedes mi sentir, al respecto de mi madre y con ella a todas las madres del mundo.


 
MADRE
 
 
Madre, tu rústico acento,

tu tosco andar,

tu callada presencia

no han podido en ti acallar

el deseo de consolar,

ni el don de la paciencia.


Madre, aunque escasa tu instrucción

no por ello fueron menos

tus tormentos y dolores

tus desvelos y atenciones.

 

Madre, Respetaste como nadie

inquietudes y anhelos,

fuiste un muro de silencio

compartiendo,

muy adentro de tu alma

mis calladas emociones.
 

Madre, tras tu alegría aparente

corren silenciosas dos lágrimas,

salen cortas las palabras,

son dos gestos que demuestran

lo sensible de tu alma.
 

Madre, eres ejemplo

y testigo que alecciona

que para amar a los hijos

no se necesitan

ni cátedras, ni lecciones

porque sólo hay que tener

abierto los corazones.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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