martes, 30 de junio de 2015

A Propósito del Día del Maestro y la Maestra

Carta a los maestros y maestra, mis compañeros de siempre en la función de formar más y mejores seres humanos:

Señores/as
Maestros y maestras
Sus manos

Queridos compañeros:

     He reflexionado mucho en torno a determinar cuál es el mejor regalo que podemos darnos en el día del maestro y la maestra, llegando a una sincera conclusión, el mayor tesoro somos nosotros mismos por tanto los invito a reflexionar sobre nosotros mismos:

Maestros y maestras seamos como el ganso que bate sus alas ayudando al compañero a volar más rápido y más alto.



§ Seamos capaces de ver las cosas que nos unen, sin ver                                                las diferencias que nos separan.
§Seamos guía que ayuda a multiplicar los talentos y habilidades de los demás.
§Seamos los sin rostro que ayudamos a los otros a construir el suyo en silencio sin buscar fama ni gloria.
§  Comprometámonos a pasar de generación en generación el honor y valor de nuestra humanidad.
§  Sintámonos seguros, felices y realizados, para proyectar a otros la alegría de vivir.
§  Seamos creadores de felicidad, no buscadores de ella.
§  Seamos creadores de amaneceres y puente para ayudar a conquistar los sueños.

Queridos compañeros recordemos que:

§El verdadero maestro/a es como un cristal donde se transparentan las ideas.
§ El verdadero maestro/a es como una gota de rocío que mitiga la sed y refresca el pensamiento.
§  El verdadero maestro/a es autor y actor, a la vez que crea recrea, interpreta e involucra a otros en la función.
§  El verdadero maestro/a siente pasión por lo que hace, buscando siempre un objetivo.
§  El verdadero maestro/a cree que él puede, cree que los otros pueden.
El verdadero maestro/a actúa con elegancia y en ello denota, buen gusto equilibrio y armonía.
El verdadero maestro/a es como el viento que sopla en la cima de los montes, ágil, limpio, refrescante y puro.
El verdadero maestro/a no se honra en lo que recibe, se honra en lo que da.
El verdadero maestro/a no pide a Dios cambiar el mundo, pide a Dios cambiarse así mismo.
El verdadero maestro/a sabe ser anfitrión para dirimir conflictos y huésped para llevar paz amor y sabiduría.
El verdadero maestro/a no es el que traza pautas, es el que sirve de guía.
§  El verdadero maestro/a convence con las palabras y vence con el ejemplo
§  El verdadero maestro/a no es el que señala sendas, es el que camina junto por la vía.
§  Si hacemos esto “será como árbol plantado junto a corrientes de agua que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, todo lo que hace prosperará”. Salmo 1-3.


Con profunda gratitud doy gracias a Dios por permitirme tenerlos como compañeros en esta ardua pero gratificante tarea de enseñar a aprender.


Att. Nurys Beltré

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