Carta a los maestros y maestra, mis compañeros
de siempre en la función de formar más y mejores seres humanos:
Señores/as
Maestros y maestras
Sus manos
Queridos
compañeros:
He
reflexionado mucho en torno a determinar cuál es el mejor regalo que podemos
darnos en el día del maestro y la maestra, llegando a una sincera conclusión,
el mayor tesoro somos nosotros mismos por tanto los invito a reflexionar sobre
nosotros mismos:
Maestros y
maestras seamos como el ganso que bate sus alas ayudando al compañero a volar
más rápido y más alto.
§ Seamos capaces de ver las cosas que nos unen,
sin ver
las diferencias que nos
separan.
§Seamos guía que ayuda a multiplicar los talentos y habilidades de los demás.
§Seamos los sin rostro que ayudamos a los otros a construir el suyo en silencio sin buscar fama ni gloria.
§ Comprometámonos a pasar de generación en generación el honor y valor de nuestra humanidad.
§ Sintámonos seguros, felices y realizados, para proyectar a otros la alegría de vivir.
§ Seamos creadores de felicidad, no buscadores de ella.
§ Seamos creadores de amaneceres y puente para ayudar a conquistar los sueños.
§Seamos guía que ayuda a multiplicar los talentos y habilidades de los demás.
§Seamos los sin rostro que ayudamos a los otros a construir el suyo en silencio sin buscar fama ni gloria.
§ Comprometámonos a pasar de generación en generación el honor y valor de nuestra humanidad.
§ Sintámonos seguros, felices y realizados, para proyectar a otros la alegría de vivir.
§ Seamos creadores de felicidad, no buscadores de ella.
§ Seamos creadores de amaneceres y puente para ayudar a conquistar los sueños.
Queridos compañeros recordemos que:
§ El verdadero maestro/a es como una gota de
rocío que mitiga la sed y refresca el pensamiento.
§ El verdadero maestro/a es autor y actor, a la
vez que crea recrea, interpreta e involucra a otros en la función.
§ El verdadero maestro/a siente pasión por lo
que hace, buscando siempre un objetivo.
§ El verdadero maestro/a cree que él puede, cree que los otros pueden.
El verdadero maestro/a actúa con elegancia y
en ello denota, buen gusto equilibrio y armonía.
El verdadero maestro/a es como el viento que
sopla en la cima de los montes, ágil, limpio, refrescante y puro.
El verdadero maestro/a no se honra en lo que
recibe, se honra en lo que da.
El verdadero maestro/a no pide a Dios cambiar
el mundo, pide a Dios cambiarse así mismo.
El verdadero
maestro/a sabe ser anfitrión para dirimir conflictos y huésped para llevar paz
amor y sabiduría.
El verdadero maestro/a no es el que traza
pautas, es el que sirve de guía.
§ El verdadero maestro/a no es el que señala
sendas, es el que camina junto por la vía.
§ Si hacemos esto “será como árbol plantado junto
a corrientes de agua que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, todo lo que
hace prosperará”. Salmo 1-3.
Con profunda gratitud doy gracias a Dios por
permitirme tenerlos como compañeros en esta ardua pero gratificante tarea de
enseñar a aprender.
Att.
Nurys Beltré
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